21 enero 2014
Más a tope que nunca
Tras unos cuantos años en este refugio, siempre a tope, os puedo decir que últimamente estamos viviendo una de las peores épocas en cuanto al número de animales. Entran muchos, como siempre, y salen pocos adoptados. Si la gestión de esta enorme cantidad de animales lleva mucho trabajo, si es para bien, no hay queja, pero ver tantos apiñados aquí dentro con este tiempo invernal, resulta desolador. Últimamente hemos tenido algunas adopciones, algunos los conocíais del blog y otros por suerte se fueron pronto y no hizo falta subirlos. Tenemos todos los días animales extraviados, a veces incluso varios, un trabajo añadido al cuidado de los abandonados que viven aquí. Por desidia de sus propietarios algunos escapan continuamente y ya son conocidos nuestros. No vemos la manera de hacer entender a estas personas que tienen que esterilizar a sus animales para que no escapen, que deben ponerles un número de teléfono en el collar para que el que los encuentre les avise directamente a ellos, los responsables. ¿Quizás las multas serían más efectivas? Seguramente sí, y a lo mejor debería ser el propósito para este nuevo año.
¿Os acordáis de Cheto?
Han pasado unos meses desde su adopción y no nos olvidamos
de él: lo que nos costó que sobreviviera en el refugio, lo mal que lo pasó un
animal tan pacífico, le acosaban, en alguna ocasión le mordieron, no se atrevía
ni a comer, delgado, con ese pelo tan fino mojado, sucio y lleno de nudos…la
alegría y el alivio al verlo marchar. Cruzamos los dedos para que todo fuera
bien en su nueva vida en un piso en el centro de la ciudad, parece que él puso
algo de su parte y con Maruxa lo ha conseguido.
Probablemente, con el trabajo que estáis teniendo, no os
podréis acordar de mí. Soy la adoptante de Cheto, aquel peludo con algo de
pastor catalán. Cuando lo adopté no estaba nada segura de poder con la
responsabilidad. Hoy, cinco meses después, no me puedo imaginar mi vida sin mi
amigo. Somos inseparables. Aunque lo estoy llevando a una educadora, se trata más
de mí, que de él...Que no tengo ni idea, ¡resumiendo! Y él tiene tantas ganas
de aprender.
¡Cheto es increíble!
Un beso fuerte, Maruxa
p.d.: te envío un par
de fotos, al poco de llegar a su casa, y hace unos días, enzarzado en una lucha
tremenda con su amigo Chipi."
Etiquetas:
Finales felices
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