Nos lo entregaron como un cachorro de perro, lo habían encontrado en una zona rural, en las afueras de nuestra ciudad, después de rebuscar por si tenía más hermanos. Desde "casi" el primer momento notamos en él unas reacciones un poco extrañas al acercarnos, y al verlo bien ya supimos que no era un cachorro...de perro. Y es que estas cosas nos pillan desprevenidas, a las que nos dedicamos casi exclusivamente a perros y gatos...El caso es que la fauna salvaje nos es desconocida y más en cachorro, pero a poco que buscamos lo reconocimos como una pequeña cría de raposo.
Gordito y limpio como estaba, al recogerlo desde el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cotorredondo nos comentaron que más bien debió estar en alguna casa, pues las crías de esta especie no están en esas condiciones cuando viven en las madrigueras con su familia. También nos comentaron que con el tiempo se vería si no era en realidad el resultado de un cruce con un perro.
