23 noviembre 2016

Willy




Esta preciosidad tuvo una gran suerte. Superó un atropello de graves consecuencias: una vejiga tocada y la cadera más o menos. No había muchas esperanzas para Willy, y nos equivocamos. Le falta un poco de rehabilitación para recuperar la masa muscular que perdió con el reposo de semanas. Un animal que no pide el cariño al que seguramente nunca estuvo acostumbrado, en su más que probable vida de podenco de cazador. Se hace el guardián y no duda en intentar espantar a los intrusos de su territorio.