16 marzo 2008
Felipe
Felipe, a la vista está, no ocupa demasiado espacio. Aún así, quienes lo dejaron en la perrera aseguraron que se comía a las gallinas de su finca. Como Felipe no puede darnos su versión, lo dejaremos en tablas, aunque el enorme collar que traía, más pesado que él mismo, no es una buena señal. Es un perro cariñosísimo, que necesita que le mimen. Aunque se adaptará a cualquiera que le quiera, seguro que una persona mayor que se sienta sola será felicísima con Felipe junto a ella.
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