Mis dueños me están diciendo desde el momento en el que llegué que soy una mimosa, siempre recordaré ese día, como corrí por su jardín y lo felices que eran ellos por tenerme. Me dieron una ducha enorme, me hicieron una camita para dormir y me regalaron un peluche muy bonito, llamado Winnie. En cuanto veo la puerta del coche abierta de un salto ya me meto dentro, porque me encanta viajar. Me dan paseos y nunca me separo de ellos.
Con cariño un lambetazo, Roxy.