28 junio 2010

Culebra


Es un tanto pesadita, pero se deja querer. La llamaron así porque cuando llegó al refugio se arrastraba por el suelo cuando la llamabas. Es como un tigretón del tamaño de un cocker, pero con la fuerza de un cocodrilo. Ladra, salta, no te deja en paz, en el buen sentido de la palabra. Tiene algo de raza, aunque no caigo de cuál.