04 julio 2012

No nos lo podemos creer

Parecía un galgo el día que se escapó del refugio, recién llegado. Corría que se las pelaba de La Madroa hacia abajo y al mirar para atrás y ver que lo seguían…apuraba más, hasta que lo pescaron. Su obsesión era pillar una puerta abierta y largarse. A su casa, imagino. Por eso cuando recibimos este correo de sus nuevos compañeros, amos, o como les queráis llamar, contándonos su nueva vida, ¡qué satisfacción!

“Hola, esta preciosidad ahora se llama Lucas. Tuvimos la gran suerte de adoptarlo, de que entrara en nuestra vida y nos la cambiara. Lo adoptamos en enero del 2010 y enseguidita se adaptó. Es cariñosísimo y con sus arrumacos hace las delicias de  aquellos que lo conocen. Silencioso en casa, lo que agradecen los vecinos, simpático, muy inteligente, valiente y muy inquieto. No sabemos sus circunstancias anteriores, lo que nos extraña es que siendo como es, un amor, alguien se haya podido deshacer de este pequerrecho”.