Después de dos
abandonos, los dos por el mismo motivo, dos veces que pasó por nuestro Refugio
y sin ganas de entregarla en adopción una tercera vez, por si las moscas,
aparecieron los ángeles de Shandy. Se enamoraron de ella y no les importó
llevarse una pequeña de unos siete años, lo que la mayoría desprecia, cuando
son los mejores, los que mejor nos entienden y menos trabajo dan. Nos visitan
cada año y nos demuestran que el cariño de verdad no se esfuma de un día para
otro. Son gente de ley.
“Hola, no sé
si os acordareis de Shandy, creo que ya os escribí una vez pero no estoy segura así
que repetimos, lo prometido es deuda. Ya hace algunos añitos que la adoptamos y
os lo agradezco todos los días y a todas horas, no hay otra parecida a la
abuela. Ya pasa de los doce y cada año que cumple solo pedimos por Reyes una
cosa: por favor un año más, y se va cumpliendo. Está canosa, medio sorda (yo
creo que aparenta más de lo que es, pero bueno) medio cieguita, medio cojita, pero
es igual…mientras no sufra.
Sólo una cosa
más: GRACIAS”
