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La pequerrecha se fue a vivir a Cangas adoptada por dos hermanas muy concienciadas ¡menos mal!, con compromiso de esterilización antes del primer celo, lo mejor para su salud en el futuro. Pero la muy precoz Bimba se adelantó y está teniendo su primer celo a los seis meses. Ahora tendrán que guardarla unos veinte días (menudo rollo) y, a continuación, de cabeza al veterinario a esterilizar…
El correo es de unas semanas antes:
“Bimba, el nuevo miembro de nuestra familia.
Ya es una más, juega con los otros perros, muerde todo lo que encuentra, es una traste y sobre todo nos hace reír muchísimo.
Gracias por todo el esfuerzo, trabajo y sacrificio que hacéis para salvar a todos esos perros abandonados, perdidos y heridos, un millón de gracias...Bimba es un regalo que no tiene precio.”